
Durante el Foro de Vehículos Comerciales, Eduardo Solís, miembro del Comité de revisión del Consejo Coordinador Empresarial expuso que la revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) es uno de los retos que enfrentará el sector automotriz en los próximos años.
Eduardo Solís, quien también ha sido una importante pieza en las negociaciones de diferentes acuerdos comerciales, expuso que una de las complejidades que México abordará en la revisión del T-MEC es la regla por la cual las armadoras están obligadas a adquirir el 70% de su acero y aluminio en la región norteamericana.
Sin embargo, dijo, hay reglas complejas en cuanto a los productos de origen que no solo aplicarán a los vehículos ligeros sino también a los de carga pesada.
Se trata de un tema que ha tomado relevancia debido al creciente aumento de acero chino y la relación que el Gigante Asiático mantiene con Estados Unidos.
“En el 2026 como ya lo veremos entrará en vigor un periodo de revisión del T-MEC. Es una oportunidad muy importante para nuestro país. Esta nueva regla de origen va acompañada de otros elementos no tan complejos como en el caso de los vehículos ligeros, porque en este caso las reglas para los de carga pesada terminarán de aplicarse hasta 2027″, señaló.
Sin embargo, en la fabricación de vehículos pesados hay reglas más duras. Se incrementó el valor de contenido regional. Pasó del 60% al 70% en tres etapas, desde 2020 y finalizarán en junio de 2027, momento en el que la regla de origen regional se tendrá que cumplir plenamente
Eduardo Solís, miembro del Comité de revisión del Consejo Coordinador Empresarial
T-MEC, Reglas de origen más estrictas
La regla de origen aplicará para dos categorías con 38 autopartes principales, más 15 complementarias. Las cuales tendrán que llegar a nuevos niveles de valor, según lo explicado por Solís.
“Estás nuevas reglas incluyen piezas como motores, transmisiones o chasis hasta alcanzar el 70%”, explicó el miembro del Comité de revisión del Consejo Empresarial.
Esto significa que el más de la mitad de los componentes deben ser comprados y producidos en la región México-Estados Unidos-Canadá.
Por consiguiente, en el caso de los vehículos ligeros un 45%. A su vez puede estar conformado por piezas, y el otro 30% tiene que corresponder a piezas o costos de manufactura.
Eduardo Solís señaló que se podría objetar una reducción al 45% por temas de tecnología.
“En el caso de los vehículos pesados, algunas de sus partes y componentes tienen que venir de Estados Unidos o Canáda. Pero el compromiso puede mitigarse con importaciones de proveedores de primer nivel en México. La regla de origen es compleja y antes no existía. Pero al final del día habrá más integración en América del Norte. Los fabricantes y armadoras tendrán que ir elevando su nivel de integración para alcanzar los porcentajes requeridos por el T-Mec”, puntualizó el experto
Por último menciono que la industria tiene siete años para acoplarse a las reglas del T-MEC, en ese lapso las placas de acero y aluminio, principalmente importadas de Brasil y Corea, tienen que producirse en la región norteamericana.
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