
Como parte de un plan de reestructuración agresivo y para hacer frente a sus compromisos, Nissan recurrió con éxito a la venta de bonos convertibles.
Derivado de esta acción, logró recaudar 860 mil millones de yenes. De ellos, 660 mil millones corresponden a bonos en dólares estadounidenses y euros combinados. Los otros y 200 mil millones son bonos convertibles.
Nissan pretende utilizar los ingresos netos obtenidos mediante las emisiones en dólares estadounidenses y euros para fines corporativos generales y para los próximos vencimientos de bonos. Además, se prevé que los ingresos netos de los bonos convertibles se utilicen, antes del ejercicio fiscal 2030, para el nueva tecnología. Además de desarrollo de vehículos eléctricos y aquellos definidos por software.
¿Por qué vendió bonos?
La venta de bonos convertibles, cuya vigencia va de los 4 a los 10 años obedece a un gran plan de reestructuración (RE:NISSAN) que pretende aumentar la confianza de los inversores.
Con la venta, que según Nissan tuvo una sobredemanda, la armadora japonesa obtiene la liquidez suficiente para hacer frente a su deuda al tiempo que mantiene su solvencia.
El objetivo es recaudar un billón de yenes que ayuden a revitalizar la empresa. Misma que se vio impactada por una disminución en sus ventas tanto en Japón como en el extranjero, obligándola a iniciar un plan de reestructuración que contempla el cierre de su planta Oppama en Japón para 2028.
La fábrica, conocida como “planta madre”, donde actualmente laboran unas 2 mil 400 personas cerrará su cortina y sus instalaciones serán cedidas a otra empresa.
¿Nissan está en crisis?
Si bien la armadora nipona no ha hecho pública una situación de crisis, lo cierto es que sí atraviesa un momento difícil derivado de la falta de solvencia, los endeudamientos, la escasez de productos nuevos y la relación fallida con Honda.
Por ello, el plan RE:NISSAN también contempla reducir la capacidad de producción mundial de 3.5 a 2.5 millones de vehículos. Asimismo, reducirá el número de plantas que pasarán de 17 a 10.
El objetivo es mejorar el aprovechamiento de todas sus instalaciones. En el caso de la planta de Oppama las operaciones serán trasladadas a Kyushu, la cual aumentará su capacidad productiva de 60% a 100%.
Cabe señalar que Nissan pasa un difícil momento derivado de una caída en las ventas globales y también de la rentabilidad de la compañía.
Durante el año fiscal 2024, que cerró en marzo de 2025, la nipona cerró con una pérdida de 670 mil 900 millones de yenes. Lo anterior agravó su falta de liquidez y su endeudamiento.
Para algunos analistas, la venta de bonos es una acción que deberá sacar de apuros a la marca nipona que también pretende recortar 20 mil puestos de trabajo.
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